Hoy, día internacional contra la violencia de género y el maltrato infantil, todo el colegio nos unimos para decir de forma unánime que queremos convivir en una sociedad en paz, sin agresiones ni ningún tipo de violencia contra la mujer.

Simbolizando a toda la comunidad educativa, en este momento representantes de cada clase, desde los más pequeños hasta los más mayores, depositan un lazo en señal de luto en cada una de las 38 sillas vacías.

Cada silla representa una mujer que ha sido asesinada en este año por violencia de género. Ese espacio vacío simboliza la vida que ha sido arrebatada por la injusticia de la violencia. No son sillas anónimas, sino que cada una tiene un nombre y representan una historia de tremendo dolor: Eva, Andrea, Diana, Marta, Rocío, Miriam,

María, Joana, Pilar, Marisa, Alejandra y muchos otros nombres más. Gran parte de estas 38 mujeres además tenían hijos e hijas que han visto cómo la violencia les ha arrebatado a sus madres. En algunos casos, además de estos 38 asesinatos el horror se multiplica al haberse cometido un homicidio contra una mujer y su hijo al mismo tiempo.

Hace unos pocos meses, el Papa León pronunciaba unas palabras que hoy conviene recordar. Decía: “Pienso también —con mucho dolor— en los casos en que una relación se intoxica por la voluntad de dominar al otro, una actitud que frecuentemente desemboca en violencia, como desgraciadamente demuestran los numerosos y recientes casos de feminicidio. El Espíritu Santo, en cambio, hace madurar en nosotros los frutos que ayudan a

vivir relaciones auténticas y sanas”.

En este sentido, queremos seguir construyendo relaciones sanas, igualitarias, justas… Queremos que acaben todo tipo de violencias. Y hoy, queremos decir bien alto, que la violencia nunca es el camino, y que la violencia machista debe dejar paso al respeto, la justicia y la paz. Queremos que nunca, nunca más, una silla quede

vacía.

Para terminar, guardaremos un minuto de silencio por estas 38 víctimas de violencia de género que ha habido este año en nuestro país, así como por todas las mujeres asesinadas en el mundo. Terminaremos este minuto de silencio con un aplauso que resuene en todo el colegio.

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