Jun
2023
Hoy hemos iniciado nuestra aventura en Bujedo. El viaje no fue muy entretenido aunque, a pesar de eso, deberíamos habernos portado mejor porque el conductor se enfadó y nos riñó porque algunos no iban bien sentados.
El monasterio de Bujedo es más grande de lo que creíamos y está muy bien cuidado. Nos han insistido en que nosotros también debemos cuidarlo. Hay mucho espacio para jugar al aire libre.
La comida y la cena han estado ricas y abundantes, pudiendo repetir de los platos que quisiéramos. Al mediodía macarrones con chorizo y tomate, filete de hamburguesa en salsa y helado; por la noche puré de zanahoria y calabaza calentito, filete a la plancha y yogur. Además hemos merendado cosas que habíamos traído de Valladolid, algún bocadillo que nos han preparado aquí y fruta.
Los monitores son majos y nos prestan mucha atención. Están todo el tiempo con nosotros y tienen muchos juegos para hacer al aire libre.
Las habitaciones son muy buenas y cómodas, enormes; en dos habitaciones cabemos los 73 que hemos venido, separados chicos y chicas.
Ya en la noche nos hemos dado cuenta de que el monasterio está poco iluminado y que en algún rincón es fácil llevarse un susto.
La ducha que nos hemos dado antes de cenar estaba muy bien organizada.
Uno de los juegos que más nos ha gustado ha sido la gymkana fotográfica que hemos hecho, que nos ha servido para conocer muchos rincones de los jardines del monasterio.
Para terminar la jornada, hemos realizado un juego nocturno, “La caza del oso”, que consistía en buscar por grupos a los monitores que estaban escondidos y hacían ruidos de animales. Menos mal que algunos traían linternas.
Mañana más. Ahora a descansar que estamos cansados.
Raúl, Lucía, Gabriel y Jaime, de 5ºA
COLEGIO LOURDES
Calle Paulina Harriet, 22.
47006 Valladolid.
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