Visita al museo de arte oriental

El Museo Oriental de Valladolid es una de las joyas mejor guardadas de la ciudad. Ubicado en el Real Colegio PP. Agustinos, en el Paseo Filipinos vallisoletano, sus 18 salas esconden la mejor colección de arte oriental de España. Arte chino, japonés y filipino que no solo acercan estas culturas al visitante, sino que también ofrecen un recorrido histórico de gran valor con piezas que van del siglo II a.C. al siglo XIX. Además, el Real Colegio es ya de por sí un edificio que bien merece una visita.

Los alumnos del último curso de Primaria visitaron esta semana pasada el Museo Oriental de nuestra ciudad en colaboración con el Hermano Pedro Chico, que previamente nos instruyó y nos metió el gusanillo de este arte. Desde aquí se lo agradecemos al igual que lo hacemos al Padre Blas Sierra, quien nos recibió alegremente en el museo. Una visita que disfrutamos mucho y merece la pena conocer.

El Museo Oriental de Valladolid se articula a través de tres ejes temáticos: China, Japón y Filipinas. El espacio dedicado a China concentra un mayor número de salas. En ellas se ofrece un recorrido por su historia y evolución a través de numerosos objetos. Del bronce a la moneda, la cerámica y la porcelana, marfil o seda y también repasa la caligrafía. El Museo Oriental transporta al viejo oriente en cada una de sus salas. Donde se puede aprender más sobre la Gran Muralla o la simbología budista.

Filipinas es quizás la parte más interesante del museo. Libros y documentos de gran valor revelan cómo la expedición española llegó a este país y supuso el inicio de su etapa colonial. España se mantuvo en Filipinas 333 años y el país asiático es hoy cristiano debido a aquellos acontecimientos. Los agustinos evangelizaron el país, que conserva parte de su patrimonio colonial y costumbres de aquellos siglos.

Sobre la colección japonesa, el itinerario incluye apartados de escultura, caligrafía, porcelanas y llaman la atención las armaduras y las vestimentas tradicionales. En el espacio dedicado a Japón, el visitante descubre cómo se introdujo el cristianismo en este país y cómo posteriormente fue perseguido por el régimen. Llama la atención la sala que incluye armaduras japonesas y armas tradicionales como la catana.

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