En un rincón lleno de risas y entusiasmo, los niños y niñas del primer ciclo de Educación Infantil dieron vida a su propio árbol navideño. Con cajas de huevos como base y pelotas de colores como adornos, transformaron materiales sencillos en una obra festiva llena de imaginación.

Esta actividad no solo despertó su creatividad, sino que también fortaleció habilidades clave para su desarrollo: la coordinación motriz fina al pegar cada bola, la exploración sensorial al manipular texturas y colores, y el trabajo colaborativo al compartir materiales y ideas.

Con mucha ilusión y concentración, cada niño y niña participó activamente, dejando su huella en este árbol. Para ellos, aprender jugando es la mejor manera de descubrir el mundo —y esta Navidad lo han hecho con alegría y color.

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